Los Juegos de la austeridad
Los Juegos Olímpicos de Verano de 1948, oficialmente llamados Juegos Olímpicos de la XIV Olimpiada, se celebraron en la ciudad de Londres (Reino Unido) entre el 29 de julio y el 14 de agosto de 1948. Participaron 4.104 deportistas (3.714 hombres y 390 mujeres) de 59 comités nacionales compitiendo en 17 deportes. Fueron excluidos los equipos de Alemania y de Japón, los países derrotados en la segunda guerra mundial (1939-1945).
Son los primeros juegos que se celebran una vez terminada la contienda. El contexto es el de la separación de Europa en dos mitades: los países del Este, que fueron cayendo uno a uno bajo la órbita del sistema de la Unión Soviética (URSS); los países de la otra mitad de Europa, en su mayoría dotados de democracias, salvo el régimen totalitario de España. La lucha entre estos dos sistemas sociopolíticos tan dispares dio lugar a la llamada guerra fría (1948-1991) cuyo primer acto fue el bloqueo soviético de Berlín, en 1948.
Los últimos juegos celebrados fueron precisamente los de la ciudad de Berlín, en 1936, bajo el lema de los 'Juegos de la Paz', a pesar de servir de exaltación del régimen del III Reich de Hitler. Contra el dispendio monumental de éstos, los de Londres tuvieron que disputarse bajo la denominación de los 'Juegos de la austeridad'.
La población londinense era claramente contraria a la celebración de los juegos, después de las penalidades sufridas durante la guerra. Los bombardeos de la aviación alemana habían dejado 30.000 muertos en la ciudad, además de la gran destrucción material de hasta 220.000 edificios derribados, que a horas del año 1948 aún no habían sido recuperados del todo. Sin embargo, y a pesar del hecho de que todavía estaba vigente el racionamiento por los alimentos básicos de la población, debido a la voluntad de los dirigentes deportivos y políticos del país salió adelante esta organización con la idea de que los juegos podían contribuir a mejorar el clima y los ánimos generales de los ciudadanos.
Los Juegos de Josep Picart i Codony
Pero qué hace en los juegos de Londres Josep Picart Codony, a sus cincuenta y tres años ?. Nacido el 6 de febrero de 1895, en su juventud es un atleta practicante del F.C. Barcelona. Una vez retirado de la competición sigue vinculado al atletismo, primero como juez y auxiliar en competiciones de este deporte y más adelante en cargos directivos.
Josep Picart Codony en 1953, con cincuenta y ocho años. Mantenemos la foto,
a pesar de la pésima calidad, al ser la única de que podemos disponer,
extraída del diario 'Solidaridad Nacional' de Barcelona
Fuente: AHBCN
Nos interesa, sin embargo, su vertiente profesional. Durante diez años (1917-1927) es empleado del F.C. Barcelona con funciones relacionadas con el mantenimiento de sus terrenos deportivos. En julio de 1927 entra a trabajar en el ayuntamiento de Barcelona con la categoría de 'escribiente mecanógrafo'. A pesar de esta catalogación funcionarial parece que ya desde el principio está adscrito al proceso de construcción del Estadio de Montjuïc, iniciada en enero de 1928.
La obra es encargada al arquitecto Pere Domènech i Roura, hijo del también arquitecto Domènech i Montaner. Contaba con una superficie de 66.075 metros cuadrados, de los que 20.575 fueron destinados a los terrenos deportivos, cuya parte central era la dedicada al campo de fútbol. Por sus dimensiones y la gran capacidad para albergar a 60.000 personas, era considerado el segundo más grande del mundo, después del de Wembley en Londres.
Las pistas de atletismo tienen una cuerda de 500 metros por 8,40 de ancho, con seis calles. La parte técnica de la construcción de las pistas de atletismo y los espacios adjuntos fueron encargadas al ex atleta olímpico y entrenador finlandés Lauri Pihkala (*), ingeniero especializado en estas tareas. Josep Picart recibe el encargo de ser su sombra, aprendiendo todo lo que le sea posible, de modo que cuando el estadio ya está terminado Josep se queda como responsable de mantenimiento.
Ejerce el cargo de manera interina, pues su categoría profesional no varía oficialmente hasta varios años más tarde. El cargo oficial reconocido en 1945 será el de 'conservador del Estadio de Montjuïch', con un salario de 9.588 ptas anuales. Desde la finalización del 'Estadio Náutico de Montjuich', como fue nombrada inicialmente la piscina, en 1929 asume también la responsabilidad de su conservación; aunque contando con el encargado de la piscina, el tan querido Josep Ramos Álvarez.
Recorte de la 'Gaceta Municipal' del ayuntamiento de Barcelona recogiendo el acuerdo
de la Comisión Municipal Permanente de los días 13 y 14 de noviembre de 1945
Fuente: GMBCN
Ya siendo oficialmente conservador del estadio municipal es delegado por la concejalía de Deportes del ayuntamiento - creada y presidida por el teniente de alcalde Epifani de Fortuny i Salazar, barón de Esponellà (**) - para ir a los juegos de Londres de 1948 y estudiar su desarrollo. Es necesario entenderlo en el contexto de la continuada aspiración barcelonesa de poder acoger competiciones deportivas del máximo nivel; incluyendo, a poder ser, unos Juegos Olímpicos.
Es así que Josep Picart se encamina hacia Londres vía Madrid, donde permanece dos días hasta tomar el avión que debe dejarlo en la capital británica. En Londres se está catorce noches, es decir el período completo de los juegos; vuelve también vía Madrid y realiza una nueva parada de dos jornadas. Al llegar a Barcelona eleva a sus superiores del ayuntamiento un informe recogiendo su experiencia olímpica. Los gastos y el plan de viaje se reflejan en la página seis del documento.
Extracto del informe presentado por Josep Picart Codony al ayuntamiento de Barcelona.
1. Recorte de la primera página y presentación del informe.
2. Recorte de la última página con rendición de cuentas.
Fuente: ANC. Fondo Epifani de Fortuny i Salazar
Hacer la indexación de las pesetas de 1948 a los euros de 2022 no es tarea sencilla, pero se puede comprobar que el gasto para el ayuntamiento se corresponde a una cantidad cercana o superior a un mes y medio de sueldo de nuestro conservador de estadio de Montjuïc.
El informe presentado consta de seis páginas redactadas en castellano, como era preceptivo en la época. Las cinco primeras dedicadas a los capítulos de:
- A modo de prólogo
- Observaciones generales
- Instalaciones deportivas
- La participación española
- Capítulo de gracias
El punto en que más se extiende Picart es en el de las observaciones generales, donde da cuenta de la impresión negativa que le causa la ciudad referente a su preparación para los juegos:
"No pudiéndose atribuir las anomalías observadas... a la falta de capacidad o de medios y elementos técnicos... ha quedado flotando en el ambiente deportivo la sensación de que Gran Bretaña ha tenido un interés muy relativo en la celebración de estos Juegos Olímpicos ."
Las quejas se extienden a errores cometidos por los jueces, especialmente en el atletismo que es seguro que ha seguido con especial interés, y en las instalaciones, muy separadas entre sí, como hace notar más adelante en el apartado correspondiente.
Relata detalladamente una especie de batalla política, correspondiente a los tiempos de guerra fría que corrían por el mundo, entre la delegación española y las del bloque soviético, explicando que:
"Se dice y repite constantemente que en deporte no debe haber política y así debiera ser, y bajo este principio fundamental deberían actuar todos sus elementos rectores pero.........
... la Olimpiada de 1948 ha sido aprovechada por Rusia y sus satélites como campo de maniobras políticas y actividades antideportivas sin escrúpulos de ninguna clase y la celebración de todas las asambleas ha sido una reflección (sic) exacta de la actual tensión política internacional. "
Observa que las delegaciones de los países del Este, encabezadas siempre por la Unión Soviética, se oponen a cualquier propuesta hecha por los delegados españoles, que a su vez sólo encuentran apoyo en "la actitud franca y decidida de las repúblicas hispano-americanas y Filipinas apoyando siempre a España en la defensa de sus derechos e idioma...".
Extracto correspondiente a la segunda página del informe de Josep Picart.
Fuente: ANC. Fondo Epifani de Fortuny i Salazar
Los juegos de Londres 1948 es uno de los pocos casos en los que no se construye casi ninguna instalación deportiva, aprovechando las que ya contaba la capital británica. Así las ceremonias y las pruebas de atletismo tienen lugar en el estadio de Wembley - 'Empire Stadium' (1923) -; mientras que la natación se celebra en la 'Empire Pool', inaugurada en 1934 con motivo de celebrarse en Londres los II Juegos de la Mancomunidad de Naciones, la 'Commonwealth'. La piscina, primera cubierta en unos juegos, fue construida por la iniciativa privada en un sitio cercano al estadio.
El diseño fue realizado por el ingeniero británico Elvin Owen Williams. Inaugurada el 25 de julio de 1934, tenía unas dimensiones de 200 x 60 pies, equivalente a 62,5 x 18,7 metros. Ni que decir tiene que para los juegos se adaptó al tamaño ya reglamentario de los 50 m., de modo que el resto fue cubierto con una plataforma aprovechada para instalar en ella a los jueces y las salidas de las pruebas.
Al hablar de las instalaciones deportivas Picart expresa su admiración por la 'Empire Pool' de la que afirma que es un "verdadero estadio náutico, dotado de toda clase de servicios...". Resalta el sistema de filtrado y renovación de las aguas, a la vez que afirma que de todo lo que ha visto "tomó buena nota el suscrito, por si algún día se presentara la oportunidad de adoptar alguno de aquellos procedimientos en nuestra piscina Municipal de Montjuich".
1. Vista general de la 'Empire Pool' de Londres en los Juegos Olímpica de 1948
Fuente: Action Images. Ft. SI
2. Dibujo del diseño original de la 'Empire Pool' de Londres del año 1933
Fuente: Archivo del periódico 'The Guardian'
En cambio, el estadio de Wembley no merece la misma consideración. Cree que no mejora en nada el estadio de Montjuïc, del que está legítimamente orgulloso.
Extracto de la tercera página del informe de Josep Picart, informando de la
'maniobra' checa para considerar fuera de normativa las pistas de atletismo
superiores a los 400 m., que afectaría de lleno al estadio de Montjuïc.
Fuente: ANC. Fondo Epifani de Fortuny i Salazar
Se encuentra con la propuesta presentada por la delegación checa en relación a las medidas de las pistas de atletismo que dejaría, de aprobarse, fuera de normativa el estadio barcelonés. Logra derrotar la propuesta con el apoyo de los delegados españoles, apoyados por diferentes países y contando también con la ayuda del ingeniero finlandés Lauri Pihkala, su maestro, con el que se ha reencontrado en Londres. Con el tiempo esta propuesta checa en cuanto a las medidas de las pistas será la que prevalecerá, fijándose para las competiciones olímpicas y otras grandes pruebas internacionales la longitud de las pistas de atletismo en los 400 m.
En este mismo capítulo suelta la prosa patriótica en relación al mono-tema de aquellos años referida a la 'Rusia' soviética, afirmando que:
"Me complace extremadamente exponer al conocimiento de los componentes del Municipio barcelonés el espiritu de confraternidad y mutuo apoyo que caracterizo las estrechas relaciones establecidas... entre los deportistas Hispano-Americanos y los de la Madre España a la cual no perdian ocasión de demostrarle su cariño tan vehemente expresado que nos confundia. En cuantos momentos los paises satélites de Rusia intentaban alguna maniobra contra la participación española... nuestros hermanos de raza se exaltaban con un amor patriótico tan sincero, que sus gritos de 'esto es una ofensa a la Madre Parria' nos llenaban de orgullo y satisfacción".
Eran los tiempos en que el régimen del general Franco se consideraba el último bastión en la lucha de la civilización cristiana contra la diabólica 'Rusia' y que los hagiógrafos del dictador le llamaban 'El Centinela de Occidente', siempre de guardia contra los enemigos de España.
Al hablar de la participación española en los juegos, el informe se vuelve menos expresivo y la despacha con sólo 13 líneas al final de la cuarta página. Realmente el amigo Picart poco podía destacar de los deportistas españoles - todos hombres - presentes en Londres. Un posible resumen podría ser:
- 64 deportistas españoles participantes.
- Presencia en diez de las 20 disciplinas de los 17 deportes reconocidos en los Juegos.
- Las participaciones más numerosas: 8 en atletismo, 14 en hockey hierba y 14 en natación y waterpolo - 6 y 8, respectivamente -.
- Una única medalla de plata para tres atletas del equipo de hípica en Salto por Equipos
Como nota destacada en natación encontramos la participación de Manuel Guerra Pérez, el primer español en bajar del minuto en los 100 libres, hito conseguido en abril de ese mismo 1948 al alcanzar 59"8. En los juegos nadó en la segunda serie, marcando un buen tiempo de 1'00"7.
En cuanto al waterpolo, los juegos son casi la presentación de un entrenador que será mítico en este deporte, tanto a nivel español como mundial: Andrés Zolyomy Biczo, para siempre más conocido como 'Bandy' Zolyomy. Llega a España para entrenar al 'Natació' Barcelona y la selección nacional a primeros de abril, algo más de cuatro meses antes de los juegos.
Foto del equipo de waterpolo del C.N. Barcelona en 1949, después de los juegos
de Londres, donde aparece con sus jugadores y con el también mítico segundo
entrenador del Barcelona a lo largo de tantos años, Jaume Solé.
Fuente: 'Tribute to Andres Zolyomy' de 'Waterpolo Legends'
El equipo de Londres lo componen Joan Serra, Josep Pujol, Carlos Falt, Francisco Castillo, Agustí Mestres, Valentí Sabaté y Àngel Sabata. Con el poco tiempo de preparación que ha tenido Bandy lo que si ha podido hacer es iniciar una renovación del equipo que seguirá los años siguientes con vistas a los juegos de Helsinki de 1952.
En la primera ronda España está incluida en el grupo B, ganando a Suiza y perdiendo con Suecia. En la segunda ronda le corresponde el grupo H, donde pierde con Holanda por 5 a 2 y gana a la India por 11 goles a 1. En los llamados cruces de semifinales cae en el grupo K, donde se encuentra con los equipos de Holanda, Bélgica y, de nuevo, Suecia, perdiendo los tres partidos. Finalmente en la clasificación de los puestos que van del 5º al 8º lugar debe enfrentarse con Suecia, Francia y Egipto, y de nuevo pierde todos los enfrentamientos, clasificándose como el octavo equipo de los 17 participantes en el torneo olímpico. Sin embargo es considerada la mejor clasificación en unos juegos hasta el momento.
Antes y después de los juegos Josep Picart se ha convertido en el experto por excelencia en el diseño de los estadios dedicados al atletismo de toda España; ya desde antes de la guerra española y, especialmente, una vez terminada ésta es reclamado desde cualquier lugar del país para ser asesor en la construcción de este tipo de equipamientos. Así es llamado en el año 1941 para la construcción del estadio de Vigo y unos años más tarde por el de A Coruña. En 1943, el ayuntamiento de Madrid solicita sus servicios como asesor de sus instalaciones deportivas, a la vez que colabora con los equipamientos deportivos de la Universidad de Barcelona.
Dos años más tarde se desplaza a Avilés para la construcción de su estadio municipal y el mismo año colabora con la 'Academia Militar de Zaragoza' en la construcción de su complejo deportivo de atletismo. En 1951 la U.D. Las Palmas y el 'Cabildo Insular' de la isla le llaman para la remodelación del estadio usufructuado por los primeros, haciendo constar la prensa local que "el señor Picart, conservador del gran estadio de Montjuich, se encargaría de dotar al recinto de césped , empleando 2.500 Kg. de semilla holandesa para las tareas de plantación".
En 1953 la 'Delegacion Nacional de Deportes', que tiene como delegado al general a José Moscardo Ituarte, le reconoce la categoría de 'asesor técnico' del máximo organismo deportivo español. Por cierto que en la noticia del periódico 'Solidaridad Nacional' se le adjudica la carrera de arquitecto que, francamente, desconocemos que hubiera cursado nunca.
Recorte del diario 'Solidadrtidad Nacional' del 5 de junio de 1953
con el nombramiento de Josép Picart como aseso técnico.
Fuente: AHBCN
Con motivo de los II Juegos Mediterráneos que tienen lugar en la ciudad de Barcelona, el comité ejecutivo del evento encarga la dirección del estadio al que es considerado como uno de los apóstoles catalanes del atletismo y la natación, Nemesi Ponsati Solá (1897-1980). Éste pide la ayuda de su antiguo compañero de práctica y dirigencia deportiva, Josep Picart, como responsable del mantenimiento de las instalaciones. Ambos forman el tándem que contribuye, juntamente con otros, al éxito de esta organización deportiva.
Aún tiene que vivir otras muchas vicisitudes el conservador del estadio de Montjuïc, pero nos consta que ya en 1966 el ayuntamiento de Barcelona le concede la medalla de bronce al Mérito Deportivo. Tratándose de un propio funcionario este hecho suele anunciar un reconocimiento extraordinario en una fecha cercana o posterior a la jubilación. Ya la tenía bien merecida Josep Picart Codony, que en ese momento se encontraba alrededor de los setenta y un años de edad.
Josep Castellví