Algunos antecedentes
Desde la noche de los tiempos las mujeres y los hombres han sentido el llamamiento para confrontarse al reto que les llega desde las aguas de todo tipo de accidentes geogràficos: ríos, lagos, estuarios, playas o mar abierto...
Es innegable que los primeras brazadas que han respondido a este reto han tenido lugar en este tipo de espacios; las piscinas como equipamientos de práctica deportiva no se conocen, como la mayor parte de los deportes reglamentados actuales, hasta mediados del siglo XIX. Sirva de ejemplo que la primera piscina construida como tal para unos juegos olímpicos es la de Amberes del año 1920. Hasta entonces todas las competiciones de natación en los juegos se hacían delimitando espacios naturales.
En este mismo blog hemos podido publicar 'La suite acuática de Lord Byron' una entrada dedicada a una leyenda-historia relacionada con la travesía que el poeta británico hizo en 1810 del mítico estrecho del Helesponto, conocido actualmente con el nombre de Dardanelos.
Más avanzados los tiempos se fueron definiendo algunas travesías que se convirtieron en auténticos estándares internacionales, gran parte de las cuales todavía están vigentes en el momento actual:
- El Canal de la Mancha - 'English Channel' - de 42 km de recorrido, que fue atravesado por primera vez por Matthew Webb el 24 de agosto de 1875, cuando se lanzó al agua en Dover para llegar a la ciudad francesa de Calais.
- El estuario del Río de la Plata de 48 km de ancho, cruzado por primera vez por la nadadora argentina Llilian Gemma Harrison el día 22 de diciembre de 1923.
- El Estrecho de Gibraltar, de 16 km, vencido por primera vez por la inglesa Mercedes Gleitze el día 5 de abril de 1928, después de cinco intentos anteriores no exitosos. Salió de la isla de Las Palomas, en Tarifa, para llegar a Punta Leona, cercana a la ciudad de Ceuta.
Portada de la Revista argentina 'El Gráfico' de febrero del 1923
con la imagen de la nadadora Llilian Gemma Harrison.
Fuente: Hemeroteca revista 'El Gráfico'
Eduard Villanueva, primer español en cruzar el Estrecho de Gibraltar...
Tuvieron que pasar veinte años hasta que una segunda persona volviera a cruzar el estrecho, y estuvo a punto de hacerlo Eduard Villanueva Mauricio, pero por sólo dos meses se le adelantó el nadador peruano Daniel Carpio Maciotti que se lanzó a las aguas del estrecho el jueves 22 de julio de 1948 para acabar tocando tierra en Punta Cruces, en territorio de Marruecos (*).
Daniel Carpio en 1951 en la piscina de Folkestone, en el Reino Unido de la Gran Bretaña
Fuente: Publicada en el diario 'Daily Mail', de Londres
Catalán de adopción y residencia, aunque nacido en Pontevendra en 1912, Eduard Villanueva se inició en la natación en el Club Natació Atlètic sin que podamos precisar sus primeros pasos. Sí creemos que desde el comienzo de su actividad deportiva se dedicó a las travesías o 'raids' de natación, como se decía en la primera mitad del siglo XX. No lo encontramos en las pruebas cronometradas de 'piscina', si bien nos consta su participación en la Travesía del Puerto de Barcelona, al menos en los años 1944-1946, con unos resultados realmente modestos:
- 1944; llegado en el puesto 203 de 220 participantes
- 1945; llegado en el puesto 183 de 205 participantes
- 1946; llegado en el puesto 206 de 206 participantes
Gracias a Enrique Ugarte tenemos noticia de los raids que Villanueva realizó en 1946 entre Barcelona-Ocata y Barcelona-Mataró con fortuna diferente. El primero del domingo 8 de septiembre lo culminó con éxito llegando a su destino, la boya de los baños de Ocata. El segundo intento del sábado 28 de septiembre, en el que quería llegar hasta Mataró, se vio truncado una vez pasado Ocata por el mal estado del mar. Ugarte se muestra sorprendido por la aparición del nadador que ya ha llegado a la edad de treinta y cuatro años:
"He aquí, por donde menos lo pensábamos, que nos ha salido un especialista en largas Travesias: Eduardo Villanuieva del C.N. Atlético, que en los últimos dias de setiembre intentó - con éxito la primera vez, no tanto la segunda - unir a nado, por el mar, Barcelona con Ocata y Mataró".
Todas estas pruebas, así como las realizadas en 1948 entre Vilanova y Barcelona o entre Tossa y Tamariu fueron cronometradas por oficiales de la 'Federació Catalana de Natació' (FCN), según explicaban las crónicas del tiempo.
Página del boletín de la FCN del mes de noviembre del 1946 con la columna
de Enrique Ugarte dedicada al 'raidista' Eduard Villanueva Mauricio.
Fuente: Archivo JASP
Su entrenador y mentor de aquellos años era el funcionario adscrito a la Biblioteca de Cataluña Joaquim Poch Jubert, que en su vertiente deportiva fue el primer presidente del Club Natació Atlètic después de la contienda civil española en 1939; además de, en sus palabras, un auto-llamado fundador de la Travesía del Puerto de Barcelona y Profesor de Natación. Bajo esta tutela se preparó el mismo año 1948 para realizar la travesía del estrecho, hacia donde se encaminará el día 18 de agosto, en compañía de su esposa Josefina Valls. Parte aprovechando las vacaciones que le corresponden como trabajador del Banco Hispano-Americano. Una vez instalado en Tarifa, recibió todo tipo de facilidades, por parte de las autoridades locales, especialmente de los representantes de la Marina española.
Desgraciadamente ese año las condiciones de las corrientes marinas se mostraron sostenidamente desfavorables, de modo que entrenándose y esperando el momento oportuno para lanzarse al mar el tiempo de vacaciones se le agotó, debiendo pedir una prórroga de éstas a su trabajo que le fue concedido.
En el libro de Montserrat Tresserras (**), la primera nadadora española que atravesó el estrecho en 1957, nos describe así la situación en la página 153:
"Un fuerte viento de Levante reina en el Estrecho sin amainar. Termina el período de mareas favorables (mareas vivas) y el mal tiempo persiste. Legan las siguientes mareas y el viento no cede. Días de incertidumbre, pero a veces con la esperanza de 'puede ser mañana'. Transcurre el tiempo, el viento persiste haciendo aún más agotadora la larga espera."
Recorte del libro mencionado con la fotografía que Eduard Villanueva
dedicó a Montserrat Tresserras, donde se le ve preparado para
entrenar en Tarifa al objeto de hacer la travesía del estrecho.
Fuente: Archivo JCE
Finalmente el martes 21 de septiembre se lanzará al agua desde la punta de la isla de Las Palomas cerca del Faro de Tarifa. En la descripción del mismo libro de Montserrat Tresserras de las páginas 153 y 154 nos lo explica de esta manera:
"Eran las 10:17, cuando Eduardo entraba en el agua. En el bote a remos los dos prácticos Fernando y Antonio Gurrea Castro, dirigen la travesía. Como embarcación de apoyo les escolta la motora 'María y José', cedida gentilmente por su propietario D. Francisco Castro Blanco. En ella embarcan D. Rafael Rivas Gonzalo, contramaestre de la Comandancia de Marina que conometraria la prueba..."
El trabajo de los prácticos de Tarifa era fundamental para ir conduciendo a los deportistas a través de las corrientes marinas y los hermanos Gurrea Castro fueron de los más solicitados para esta labor en aquellos primeros años de la prueba. Obligados a trazar derrotas para sortear estas corrientes, las nadadoras y nadadores a menudo debian hacer el doble o más de los kilómetros lineales que separaban los dos continentes. Fue el caso de la travesía del primer nadador español en realizarla, que tuvo que invertir hasta doce horas y trece minutos. A pesar de haber asegurado que su propósito era el de hacer nadando la ida y la vuelta de la prueba, el esfuerzo empleado para llegar a Cabo Horros en tierra marroquí aconsejó el regreso hasta Tarifa en la embarcación de acompañamiento, llegando a la costa española en la madrugada del día 22 de septiembre.
Reconfortados por el éxito de ser el primer español en cruzar el estrecho de Gibraltar, además de la tercera persona en conseguirlo, su entrenador y el propio Eduard hacían planes para que en 1949 pudieran emprender la travesía del Canal de la Mancha. Con este fin Joaquim Poch se dirigió a Epifani de Fortuny y Salazar, barón de Esponellà, quién pocos meses antes había sido encomendado como concejal reponsable de deportes del Ayuntamiento de Barcelona, para informarle de algunos aspectos de la travesía del estrecho, a la vez que le anunciaban sus proyectos para el año siguiente, insinuando la necesidad de su colaboración:
Carta enviada por Joaquim Poch Jubert a Epifani de Fortuny
y Salazar, concejal de deportes del Ayuntamiento de Barcelona.
Fuente: 'Arxiu Nacional de Catalunya'. Fondo Epifani de Fortuny y Salazar
De resultas de esta gestión la 'Gaceta Municipal de Barcelona' del día 22 de noviembre de 1948 informa del acuerdo tomado en la comisión municipal permanente del día 16 que faculta al Teniente de Alcalde y concejal de deportes, Epifani de Fortuny, para que a demanda del CN Atlético otorgue a Eduard Villanueva un reconocimiento por su proeza de cruzar el estrecho, encargando al barón de Esponellà "... para que a su criterio y discrección otorgue, en nombre de la Corporación, la recompensa solicitada" (***).
Sin embargo, se dio el caso de que las anunciadas nuevas proezas del 'nadamillas', como a él le gustaba ser conocido, para el año 1949 resultaron frustradas. No hay noticia que llegara ni siquiera a desplazarse a Dover o a Calais, como puntos habituales de salida de la travesía del Canal de la Mancha; tal vez por carencia de financiación de la empresa. Si que consta el intento de realizar una macro-travesía entre la isla de Ibiza y la costa alicantina, en la ciudad de Denia, en lo que la prensa de la época llamó el 'Canal de Ibiza' con una distancia lineal de 108 km. A principios de agosto tuvo lugar el primer intento de Eduard Villanueva, que iba custodiado en todo momento por el buque de la armada española conocido como 'R. R-10'. Según la crónica de Vicenç Esquiroz en El Mundo Deportivo del 8 de agosto este primer intento tuvo que detenerse:
"...porque el comandante del 'R R-10' ordenó la suspensión de la prueba por temor a que zozobrara la embarcación que acompañaba a Villanueva en su intento" - debemos entender que se refiere a la embarcación donde viajaban los prácticos que conducían al nadador -.
El crédito de los nadadores de largas distancias, y en concreto de Villanueva, es puesto en duda en el mismo artículo por el 'ortodoxo' Esquiroz al considerar que:
"Las proezas de Eduardo Villanueva son interesantes, pero escapan a los límites federativos. Esta es la realidad... Las proezas de los 'nadamillas', no en España, sino en todo el mundo están al margen del control fdederativo y los récords y campeonatos de natación se establecen de acuerdo con unos reglamentos internacionales..."
Finalmente unos días más tarde se pudo realizar el segundo intento de cubrir estos 108 km, pero el esfuerzo del nadador no tuvo éxito y aquí la titulación del periódico de Vicenç Esquiroz ya fue demoledora:
Titular de la noticia referente al segundo y último intento no exitoso de
Eduard Villanueva de realizar la travesía Ibiza-Denia
en 'El Mundo Deportivo' del día 12 de agosto de 1949
Fuente: Hemeroteca Mundo Deportivo
No menos inmisericorde fue el contenido del artículo donde se afirmaba, entre otras consideraciones, que: "... los que se dedican a estas pruebas son realmente tritones deshauciados de las piscinas" para seguir rematando:
"Pero Eduardo Villanueva ha huido de la competición, no quiere enfrentarse con el cronómetro... Hay que diferenciar entre el deporte y el sensacionalismo... y Villanueva hasta ahora sólo ha demostrado una tenacidad y afición enormes cuidando de su popularidad..."
En realidad Esquiroz no era el único que consideraba que Eduardo Villanueva era lo que coloquialmente se conoce como un 'paquete'. Por entonces las largas distancias y los raids de natación eran mayoritariamente menospreciados por la ortodoxia de la competición. En el mundo federativo español sólo conocemos el caso de Enrique Ugarte que siempre dedicó un especial interés en seguir las peripecias de este tipo de pruebas, como demostró en distintas publicaciones. Lo cierto es que un decepcionado Villanueva de treinta y siete años parece que tuvo suficiente con estos últimos intentos y no hemos sabido de otras noticias relacionadas con su actividad deportiva en los años siguientes.
Los tiempos por venir demostrarían que la natación de largas distancias, conocida reglamentariamente como natación de 'aguas abiertas', conocería una expansión geométrica a finales del siglo XX y en lo que llevamos del XXI. La proliferación de las pruebas de Triatlón, Iron Man; las carreras programadas por los organismos oficiales del mundo de la natación, como la presencia en los campeonatos del mundo o en los juegos olímpicos de los 5 o 10 km en aguas abiertas; así como la masa de aficionados que se reúnen cada fin de semana para, de manera amateur, nadar en circuitos programados por todos los rincones de las costas de nuestro país certifican que los sueños de los 'nadamillas' tenían un lugar en la práctica deportiva común .
Josep Castellví
(*) Daniel Carpio Maciotti fue un caso excepcional en el mundo de los nadadores de largas distancias de mediados del siglo XX. Nacido el once de marzo de 1911 fue un campeón reconocido en su país conocido con el apodo de Carpayo. Campeón peruano de los 100, 200 y 400 m espalda fue olímpico en Amsterdam (1928), Los Angeles (1932), Berlín (1936) y Londres (1948). Fue el primer representante de América del sur en realizar la travesía del Canal de la Mancha (1947) y del Estrecho de Gibraltar (1948), además de completar la travesía del Río de la Plata en los años de 1945, 1977 y 1982, esta última vez cuando tenía setenta y dos años.
(**) En el libro de Montserrat Tresserras Dou: 'Nadando el estrecho, sus orígenes y su historia', editado por la Comunidad de Madrid en 2007, se puede encontrar una completa y muy documentada descripción de las aventuras del estrecho, así como perfiles individualizados de todas las personas que completaron la travesía entre los años 1928 y 2000. Rechazaba la palabra 'tragamillas' muy utilizada por la prensa de la época y propugnaba utilizar la expresión de 'nadadores de largas distancias'. Montserrat, olotina de pro, ha sido una de esas figuras de la natación catalana y española que a pesar de conseguir grandes hitos en su especialidad ha sido más reconocida fuera que dentro de nuestro país.
(***) Es de notar la contradicción que existe entre la carta dirigida al barón de Esponellà por Jaume Poch a finales del mes de octubre de 1948 y la solicitud del C.N. Atlético de reconocimiento de 'su' campeón, que debemos suponer originada poco después del hito conseguido el día 21 de septiembre del mismo año. En la letra de Jaume Poch se manifiesta que el nadador Villanueva milita en las filas del Club Natació Barcelona, mientras que el Club Natació Atlètic reclama una recompensa para el que cabe suponer que es un nadador que todavía pertenece a su club. ¿Se trata de un error o es que el nadador había cambiado de club justo al volver de atravesar el estrecho?. No tenemos suficientes elementos para pronunciarnos por una u otra de estas opciones.
